La evaluación es la que provoca la rutina de que los docentes y los estudiantes se unan con el propósito de crear una forma diferente de aprendizaje, por ejemplo, la de un docente hablando desde una video cámara que luego se transmite a los estudiantes que están en otra habitación: Juntos docentes y estudiantes pueden asegurarse de que la información acerca del rendimiento de los alumnos, obtenida a través de la evaluación, pueda ser usada para ajustar la instrucción en vistas a satisfacer mejor sus necesidades de aprendizaje. Esta es la esencia de la evaluación formativa: la idea de que la evidencia de los logros del estudiante es obtenida e interpretada, y conduce a una acción que resulta en un mejor aprendizaje que aquel que hubiera tenido lugar en la ausencia de tal evidencia.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Wiliam, D. (2009). Una síntesis integradora de la investigación e implicancias para una nueva teoría de la evaluación formativa. Archivos de Ciencias de la Educación, 3 (3), pp. 15-44.