El dolor humano y los abusos permean la convivencia. Incluso, la eficiencia mediática ha contribuido a que
el sufrimiento ajeno entre a los hogares bajo presentaciones espectaculares. La comprensión de la finitud humana y la respuesta bioética que se apareja a ella es el tema que aquí queremos bosquejar. En esta ocasión intentamos establecer relaciones entre la compasión y el principio de beneficencia. Procurar el bienestar de pacientes, extraños en su mayoría, con una actitud, aunada a una percepción de lo ético, que no es objeto de obligación normativa.
Washburn, J. (2004). Compasión y bioética. Acta Bioethica, 10(2), pp. 1-12.