Hoy día, en África, se realiza mucha investigación biomédica y epidemiológica, que es tanto horizontal (involucra a investigadores locales y a instituciones regionales de investigación) como vertical (involucra patrocinadores y colaboradores internacionales). La investigación es el camino necesario para lograr innovaciones biomédicas diseñadas para mejorar la salud y, en la mayoría de los casos, requiere participación de seres humanos como sujetos de investigación. Éstos no pueden, sin embargo, verse en aislamiento; son parte de una comunidad, lo que implica una pregunta: ¿cómo se benefician las comunidades con la investigación que tiene lugar en ellas? En el mundo de la ética de la investigación se ha convertido en un mantra decir que las comunidades deben beneficiarse con los resultados positivos de la investigación. Esta norma ética es importante; sin embargo, mi artículo se enfoca en la participación de la comunidad antes de que se realice la investigación. Usando ejemplos de África como casos, examinaré hasta qué punto se incluye a las comunidades al establecer la agenda de investigación en salud, y si se les consulta al fijar prioridades. Puede que la investigación que se realiza en varias comunidades africanas
responda a sus necesidades de salud; sin embargo, ¿cuán prioritarios son estos problemas para cada comunidad? ¿Son postergadas otras necesidades importantes de salud? Mientras que se ha dicho mucho sobre proveer tratamiento para la comunidad entera después de que la investigación ha demostrado ser eficaz, no se ha dicho lo suficiente sobre quién decide cuál investigación es importante para la comunidad antes de que se realice.
Amondi, A. (2004). Setting health priorities in research: an african perspective. Acta Bioethica 10(1), pp. 1-7.