Teherán está dividida en dos por un eje horizontal. La ciudad rica, en medio de enormes obras y autopistas en contribución, trepa suavemente sobre los lados de las montañas; va hacia la frescura, las villas con sus jardines están cerradas por altos muros y puertas de metal macizo. Al sur están el bazar, el viejo centro de la ciudad y las afueras pobres. En la periferia, los barrios muy bajos se pierden en la vista confundiéndose con el polvo y la planicie. Un poco más lejos, la ciudad baja con enormes excavaciones que atraviesan el curso de los siglos desde donde se sacó la arcilla con la que se construyó Teherán.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Foucault, M. (2004). La fe contra el Sha. Cuestiones de Sociología, (2), pp. 289-294.