Desde la expulsión de los jesuitas a las guerras de la independencia, transcurre un periodo en el que el distrito de Jujuy en la jurisdicción del Tucumán se halla en el ápice de un mercantilismo que se desarrolla desde fines del siglo XVII, y que para el siglo XVIII y primeras décadas del XIX ha terminado de configurar un espacio económico y social con las siguientes características: la preeminencia del crédito mercantil en las transacciones económicas, un sector social de mercaderes profundamente insertados en el giro comercial regional y local; una numerosa plebe urbana de indios, negros, españoles pobres y castas, y un espacio fronterizo con el Chaco en franco proceso de incorporación a la economía urbana de Tucumán a través de los fuertes, las reducciones y principalmente de las haciendas.
Cruz, E. (2001). Propiedad, producción y mano de obra en el piedemonte surandino. Las haciendas de Zegada en los valles orientales de Jujuy, fines de la colonia. América Latina en la Historia Económica, 8 (16), pp. 105-121.