La encefalopatía espongiforme bovina («mal de las vacas locas»), se produce en un momento y en un contexto que permiten resaltar los éxitos y fracasos de la biotecnología. En el marco de la globalización ha quedado de manifiesto la necesidad de establecer límites para la tecnociencia que en materia de logros aparecía como ilimitada. Se ha puesto en la balanza la rentabilidad de la industria cárnica versus la salud pública. El mal de las vacas locas constituye un traspié que no fue previsto, porque no era previsible
en la perfectibilidad del sistema, lo que ha dejado al descubierto una fisura que, por ahora, es contextual. El contagio de las vacas a las personas es una campana de alarma, una advertencia que debe ser escuchada. La crisis esta recién en su etapa inicial.
Vera, J. (2001). El \"mal de las vacas locas\". Un tema de bioética en los nuevos escenarios. Acta Bioethica 7(2), pp. 1-8.