Cuando a fines de 2001, Alfredo Monza, Miguel Murmis y Julio Neffa expusieron en las Jornadas de Sociología de la UNLP, sobre las condiciones de desempleo record, pobreza extrema y exclusión social en Argentina, el futuro económico ya era incierto, la situación social se agravaba cada día más, la situación política parecía la antesala del infierno, y en las mismas jornadas, Juan Carlos Portantiero describía a la sociedad argentina padeciendo una crisis hegemónica sin alternativas contrahegemónicas a la vista, sustentada en una democracia en la que, si bien los derechos políticos estaban afectados por la corrupción de un Estado clientelista con problemas evidentes en sus prácticas de institucionalización de esos derechos, éstos se hallaban formalmente garantizados más que en épocas anteriores, asegurando a los ciudadanos una relativa transparencia electoral y una renovación periódica de las autoridades, libertad de ideas y opinión, un sistema parlamentario más o menos estable, aunque con partidos políticos cuya representatividad estaba petrificada y al borde de la quiebra.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Tranchi, E. (2003). Sobre la democracia cultural y la construcción de la memoria en la Argentina. Cuestiones de Sociología, (1), pp. 125-129.