La lectura es una herramienta central en la enseñanza y el aprendizaje de la historia. Son conocidos los problemas que afrontan los alumnos para comprender textos históricos, y por eso –entre otras razones– resulta necesario concebir a la lectura como contenido de enseñanza de la Historia. Los aportes de las investigaciones psicolingüísticas permitieron modificar la concepción acerca de la lectura desde dos puntos de vista: se pasó de entenderla como un proceso de descifrado de lo escrito a un proceso de construcción de significado. A la vez, dejó de ser conceptualizada como un conjunto de habilidades para ser interpretada desde una teoría de comprensión global.
* Párrafo del texto extraído como resumen.
Benchimol, K. (2010). Los profesores de historia y el papel de la lectura en sus clases. Clio & Asociados, (14), pp. 57-71.