Existen evidencias que prueban los esfuerzos que realiza la profesión para que el farmacéutico recupere un papel más respetable y una mayor responsabilidad sobre el paciente. Ambas cosas pueden lograrse mediante la provisión de Atención Farmacéutica. Hay muchos motivos para implementar Atención Farmacéutica. En l995 se calculó que el mal uso de medicamentos provoca en todo el mundo la muerte de 100.000 personas por año y la internación de más de 8 millones. El costo de morbilidad y mortalidad por uso inadecuado de medicamentos se estimó en 76.600 millones de dólares anuales. La definición provista en 1990 por Hepler y Strand es la que mayor respaldo y aprobación ha recibido: \"Atención Farmacéutica es la provisión responsable de la terapia farmacológica con el propósito de alcanzar resultados definidos en la salud que mejoren la calidad de vida del paciente\". Las principales características de la Atención Farmacéutica son: (i) que se relaciona con la dispensación de medicamentos, (ii) que se provee información para asegurar su uso racional, (iii) que se brindan cuidados directamente a un paciente, (iv) que se proveen para lograr resultados definidos, (v) que estos resultados tienen el propósito d e mejorar la calidad de vida de los pacientes y (vi) que el proveedor acepta la responsabilidad personal por esos resultados. Se debe tener en cuenta que la Atención Farmacéutica es un proceso de comprensión y percepción y no un conglomerado de funciones autónomas que se ejecutan sin un orden determinado. Resulta necesario investigar para evaluar los diferentes métodos y sistemas para proveer Atención Farmacéutica. Este concepto representa una nueva y estimulante visión de la farmacia. Por tal motivo, se espera que todos los farmacéuticos en cada área de ejercicio profesional compartan esta visión y que la Atención Farmacéutica sirva de estímulo para que ellos contribuyan en la transformación de esta profesión milenaria.
Filinger, E. & Peretta, M. (1998). Los principios que rigen la atención farmacéutica. Acta Farmacéutica Bonaerense, 17 (1), pp. 59-71.