A las 6 de la tarde del 30 de julio de 1822, Bernardo Monteagudo, el personaje más poderoso y temido de la administración sanmartiniana abandonaba precipitadamente el Perú a bordo de \\\"La Limeña\\\". El destino final de su exilio forzado: la ciudad de Panamá. En Lima Justificada, documento publicado por la Municipalidad de Lima en los días posteriores de su alejamiento al cargo de Secretario de Guerra, Gobierno y Relaciones Exteriores del Protectorado, Monteagudo fue acusado de \\\"cruel, pérfido, ambicioso, inmoral e irreligioso, inicuo, intrigante, astuto, insolente, opresor atrevido y díscolo\\\". Para los firmantes del texto anterior, atribuido a la pluma del Presidente del Departamento de Lima, José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, Monteagudo había llegado a Lima a \\\"sofocar el patriotismo con sus groseras invectivas y persecuciones escandalosas\\\" y a disponer arbitrariamente de \\\"la suerte del Perú\\\".
Mc Evoy, C. (1996). El motín de las palabras: la caída de Bernardo Monteagudo y la forja de la cultura política limeña (1821-1822). Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 23, pp. 89-139.