El liberalismo desde finales del siglo XVIII no sólo ahondó en la defensa de los derechos del individuo sino que propició el mejor aprovechamiento de éstos. De por medio se hallaba la búsqueda de la prosperidad así como la protección de los bienes jurídicos: la libertad, la propiedad y la seguridad. El establecimiento de costumbres y la rigurosa elaboración de las normas como derecho material sirvieron para crear toda una tradición cultural apoyada en el formalismo jurídico.
* Párrafo del texto extraído como resumen
Gálvez, J. (1999). El poder político: ¿Fuente de Derecho? La injerencia del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada en el derecho de propiedad. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 26, pp. 143-160.