En marzo de 1939, Riva-Agüero partía desde California con dirección al Oriente en un viaje en el que visitaría el Japón y la China. En realidad, una experiencia de este tipo no era algo totalmente nuevo en un personaje como Riva-Agüero, conocedor admirado de paisajes peruanos y ultramarinos, cuyo abuelo había establecido los vínculos comerciales con el Japón. Fruto de aquella estadía fue la serie de artículos que aparecieron en diarios de Lima durante los meses sucesivos, pero que se han conservado inéditos como obra orgánica.
Patrucco, S. (1994). Riva-Agüero y el Japón. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 21, pp. 163-165.