El artículo —que comenta el Informe Desarrollo Humano de Bolivia 2000— se pregunta ¿qué significa globalizarse para un país? ¿Es posible medirla desde las dimensiones subjetivas de la interacción social? ¿Cuáles son los límites de la modificación de la \"personalidad social\" de las naciones? Para proyectarse en el mundo globalizado es necesario interactuar desde la definición de los intereses \"propios\". Hay que definir los cambios en los paradigmas de la subjetividad para asumir la comparación y examinar las aptitudes para conservar y modificar a la nación. En suma, ¿Estamos construyendo formas específicas de ser en la globalización? La forma de entendernos en los \"poderes\" de la globalización es disponer de un arsenal mínimo de \"saberes\". Es una medición de la autonomía para relacionarse. Permite \"negociar\" la inserción en la globalización, que plantea las formas de una construcción conjunta y conflictiva de los sentidos de la historicidad (compromisos). Acerca de las tareas pendientes, en el ámbito político, el artículo sostiene que deben fortalecerse las instituciones: cuando la sociedad asedia con su dinámica contradictoria, las instituciones no pueden construir su lógica valórica. En el ámbito económico, debe re-enrumbarse el sentido de la competitividad: ¿Se puede conducir la eficiencia hacia la solidaridad? En el ámbito social, debe superarse la extrema pobreza: existe una enorme incapacidad para producir un pacto nacional contra la pobreza ya que los pactos políticos no tienen pactos sociales de sustento. La educación aparece como la posibilidad de (re)conocer a la inserción internacional como una oportunidad. Es una apuesta por la ciudadanización, ejercicio de la capacidad de elección de los usuarios de la democracia. La utilización de las instituciones de la democracia está sustentada en la implantación ininterrumpida de la ciudadanía. Para que los valores sean parte del desarrollo deben ser plurales y reconocerse en el sentido histórico de cada sociedad. El autor propone que se debe descubrir el tipo de asociación entre lo racional y lo afectivo tanto como conseguir una definición de individualización así como también puntualiza respecto al papel que las élites dirigentes desarrollan en esos procesos.