En España el corregidor representaba la autoridad real en los lugares de realengo: la tradición era concorde, sobre su importancia y su prestigio moral. El corregidor representante del rey, y cercano a la autoridad que representaba, no solía excederse en sus atribuciones; y era voz común en los pueblos que eran mucho más aceptables que sus colegas, los representantes de las distintas autoridades señoriales.
* Párrafo del texto extraído como resumen
Sáenz de Santa María, C. (1977-1981). Un estudio fundamental sobre el corregidor de indios en el siglo XVIII peruano. El corregidor hispano trasplantado a Indias. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 11, pp. 399-402.