Este ensayo explora las diferencias existentes entre los movimientos sociales de América Latina y Europa Occidental pero ubica una similitud importante en la actitud de desconfianza extrema que ambos manifiestan hacia los partidos políticos tradicionales. La preocupación constante con respecto a la autonomía del movimiento se manifiesta tanto en la actitud de los activistas como en la de los investigadores que los estudian. Sin embargo, la autora sugiere que gran parte del temor de pérdida de autonomía es infundado ya que muchas veces la capacidad de los movimientos de radicalizar a los partidos es superior al poder de los partidos de subyugar e incorporar a movimientos sociales dentro de sus estructuras partidarias.
América Latina Hoy, 3(3), pp. 61-67
Año: 1992