La Sagrada Escritura enseña que hay diversidad de grados de perfección en la vida cristiana o en la santidad. S. Pablo entre los cristianos de Corinto encuentra a algunos todavía no maduros y les tiene que hablar “como a niños en Cristo” (I Cor. 3, 1); en cambio con otros se siente como \"entre los perfectos\" (I Cor. 2, 6). (Parecidos conceptos e imágenes en Hb. 5, 12-13). Todo lo cual significa que el acto de conversión y el Bautismo subsiguiente, aun verificados de adulto, como era el caso entonces, por muy decisivos que sean, no sitúan en la perfección desde el principio, sino que hay que ascender a ella gradualmente.
* Párrafo del texto extraído como resumen
lnterdonato, F. (1975-1976). Sentido teológico de la canonización y del santo en la iglesia. Boletín del Instituto Riva Agüero, Nro. 10, pp. 129-138.