Los argumentos sobre la impopularidad de las políticas ortodoxas y de libre mercado en el mundo en desarrollo condujeron a muchos académicos a pensar que su implementación en los países democráticos de América Latina resultaría en un castigo electoral a los gobiernos (y, por lo tanto, implicaría la insostenibilidad de esas políticas). Una línea más reciente de la literatura plantea que los costos sociales y electorales de las políticas ortodoxas y de libre mercado han sido considerablemente más bajos que lo esperado, especialmente cuando se los compara con los costos del mantenimiento de políticas heterodoxas y estatistas. Usando datos sobre 30 gobiernos latinoamericanos elegidos de manera democrática después del comienzo de la crisis de la deuda, se pone a prueba (vía análisis de regresión múltiple) la hipótesis de que las políticas ortodoxas y de libre mercado han estado asociadas con iguales (o mejores, pero nunca peores) resultados electorales para los gobiernos que las políticas heterodoxas y estatistas. Las conclusiones son que la ortodoxia monetaria está fuertemente correlacionada con el apoyo electoral, mientras que el proteccionismo y los déficit fiscales son neutrales o están asociados con pérdidas electorales. El grado de participación del estado en la producción no tiene un efecto estadísticamente significativo sobre el desempeño electoral de los gobiernos. Estos resultados tienden a confirmar la hipótesis y plantean un serio cuestionamiento a la opinión tradicional de que los votantes castigan las reformas económicas.
Gervasoni, C. (1999). El impacto electoral de las reformas económicas en América Latina (1982-1995). América Latina Hoy, 22 (1), pp. 93-110.