En la segunda mitad del siglo IV a. C. Roma ocupa la Italia central y se orienta al dominio de la región meridional en colisión posible con griegos y cartagineses; su influjo se extiende incluso al Jónico cuando varias ciudades de la Magna Grecia solicitan su protección, no así Tarento, que al anclar una escuadra romana en su puerto, reaccionó atacando las naves y una guarnición romana próxima. Tarento, ante una guerra inevitable, pidió apoyo al rey Pirro de Epiro, quien vio la oportunidad de extender hacia occidente las conquistas que Alejandro dejó inconclusas; su invasión de Italia generó fuerte resistencia, pero no le impidió victorias costosas ni su avance hacia el norte; propuso por intermedio de un embajador la rendición y condiciones gravosas para los romanos que estuvieron a punto de ceder. Allí surge Appio Claudia el Ciego, anciano senador ya retirado, que con un discurso breve, preciso y muy logrado produjo un giro en las decisiones de los patricios. Analizamos el discurso conservado por Plutarco en la Vida de Pirro y lo ubicamos dentro de su contexto histórico y político; gracias a él, Roma conservó sus fronteras itálicas y preparó su futura expansión.
Buisel, M. (2004). ¿Rendición o Resistencia? El primer discurso latino. Auster, nro. 8-9, pp. 81-95.