El conejo, contrariamente a lo que ocurre con otras especies, ha sido domesticado muy recientemente. Ello hace que la mayor parte de diferencias entre razas sean recientes. Por otro lado el conejo ha sido tradicionalmente criado en ambientes de traspatio, lo que unido a lo anterior hace que las interacciones genotipo-medio sean muy escasas. Esto implica que la implantación de razas sintéticas provenientes de núcleos de selección en los que se ha realizado una mejora notable de caracteres productivos sea más sencilla y ventajosa que en otras especies. La producción industrial de conejo utiliza una hembra cruzada de dos líneas seleccionadas por tamaño de camada y un macho finalizador proveniente de una línea seleccionada por velocidad de crecimiento. Es necesario implantar, pues, tres líneas y disponer de mecanismos de multiplicación, bien en las propias granjas o en granjas multiplicadoras. El principal problema de implantación es el tamaño de la operación, puesto que un núcleo pequeño de 150 hembras por línea podría suplir reproductores a granjas que contaran en total con 30.000 hembras reproductoras, y en muchas ocasiones no es viable realizar un suministro tan importante. En este caso el precio de las reproductoras aumenta, lo que dificulta la implantación del sistema. En esta comunicación se discute la experiencia de implantación de líneas de conejo en distintos países y la estrategia a seguir para que estos esquemas tengan éxito.
Blasco, A. (2005). Estrategias de inserción local de nuevos recursos genéticos núcleos de selección en conejos. Agrociencia, 9(1-2), pp. 603-607.