En discusiones recientes se enfatiza mucho el rol de la persona en la organización individual de la vida articulándola y actuando; esto es, mi perspectiva en el funcionamiento a través del cual desarrolla el curso de su vida individual. Sin embargo, cuando se llega al punto en el que este curso de vida toma un giro específicamente humano, parece más difícil singularizar entre los factores del acontecimiento, aquel que pueda ser considerado como la causa específica del cambio que diferencia al hombre de otros seres vivientes, a la vez que mantiene la línea de continuidad con otros circuitos funcionales. Cuando preguntamos: ¿Qué es lo que cuenta para la especificación del ser humano?, no podemos considerar un grupo abstracto de características por medio del cual se \"presenta\" él mismo; tenemos que buscar esta especificación en la red de funcionamiento a través de la cual se producen sus manifestaciones. Esto es, tenemos que buscar en el mundo lo que él establece como sistema de valores de su existencia. Tenemos que buscar los varios tipos de interrelaciones, valores y correspondientes \"lenguajes\" (es decir, el lenguaje del arte, el lenguaje moral, el lenguaje religioso, etc.) que sirven como medio de comunicación en el mundo humano.
Tymieniecka, A. (1986). El sentido moral como esencia de la persona humana. Revista de filosofía y teoría política, nro. 26-27, pp. 192-197.