Merleau-Ponty, en el punto 1 de la Introducción a la Fenomenología de la percepción, observa que, en principio, podría entenderse por sensación la manera en que algo me afecta y la vivencia de un estado de mí mismo. Así, el gris que me rodea cuando cierro los ojos, o los sonidos que \"vibran en mi cabeza\" en estado de somnolencia, se asemejarían a lo que podría ser un puro sentir. De manera que la sensación pura sería la vivencia de un \"choque\" indiferenciado, instantáneo y puntual. Todos los autores están de acuerdo, dice Merleau-Ponty, en que esta noción no corresponde a nada de lo que tenemos experiencia, ya que las percepciones de hecho más simples que conocemos tienen por objeto no términos absolutos sino relaciones. Si tomamos el ejemplo de una mancha blanca sobre un fondo homogéneo, vemos que todos los puntos de la mancha tienen en común una cierta \"función\" que hace de ellos una \"figura\".
García, P. (1986). Percepción y conocimiento. Revista de filosofía y teoría política, nro. 26-27, pp. 258-260.