El problema del contínuum juega un papel decisivo en el desarrollo de la metafísica leibniciana de madurez. En los 70, dicho problema asomaba en sus intentos de explicar la naturaleza de la materia y la unión alma-cuerpo desde una perspectiva geométrico-mecanicista. Más tarde, la cuestión reaparece en la discusión con Arnauld sobre la unidad sustancial. Al hacer de la unidad real el criterio definitorio de la sustancia, Leibniz expulsa lo continuo al ámbito de lo ideal. Con este paso, su sistema se encamina hacia una ontología monadológica y hacia un esquema metafísico articulado en tres niveles (real, fenoménico e ideal).
Escobar Viré, M. (2007). El problema del continuum y sus implicancias en la teoría leibniziana de la sustancia. Revista de filosofía y teoría política, nro. 38, pp. 67-93.