Para el período colonial tardío, Buenos Aires era una ciudad diferente del resto de Hispanoamérica, tanto en términos de su cultura como en sus manifestaciones sociales y en su crecimiento poco común. Bastaron poco más de tres décadas para que la pequeña aldea se transformara en una pujante ciudad hispanoamericana. La clave de esta transformación estuvo dada a lo largo de todo el siglo XVIII, dado que éste fue un período de profundos cambios político-sociales y Buenos Aires no fue la excepción. La ciudad comenzó a cambiar en todos sus aspectos. En primer lugar el conflicto de la España Borbónica con Inglaterra y Portugal llevó a introducir cambios profundos en la política española para el control estricto de las colonias en los bordes del imperio. La creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776 y la extensión de la ordenanza de libre comercio dos años más tarde otorgaron un gran empuje a la ciudad. De este modo, Buenos Aires pasó a ser un activo polo de atracción tanto para los migrantes internos como para los externos del imperio español. Estos motivos provocaron mutaciones a nivel político, social y arquitectónico, dando lugar a un crecimiento único para una ciudad hispanoamericana entre 1750 y 1810.
Reitano, E. (2012). Los extranjeros de Buenos Aires en los albores del siglo XIX. Algunos rasgos de su composición. Anuario del Instituto de Historia Argentina, nro. 12, pp. 147-171.