Es un lugar común la casi inexistente contribución de España a Ia literatura de corte erótico. Esta cuestión se relaciona, al mismo tiempo, con Ia consideración acerca de qué se considera "pornográfico". Aquí es necesario tener en cuenta, empero, en qué medida lo pornográfico implica la mirada del sujeto que lo percibe como tal. La arqueología, por su parte, ha venido dando pruebas de los cambios en la recepción de Ia iconografía antigua; y de este modo ha venido a echar cierta luz sobre la consideración de lo erótico en la misma España, donde la tabuización de Ia sexualidad por el poder eclesiástico ha acorralado lo erótico a un consumo masivo y trivial.
Amícola, J. (2001). Eros y cultura. Olivar, 2 (2), pp. 65-76.