El proceso de la globalización unipolar del mundo industrial ha profundizado la crisis de los estados nacionales y la inseguridad de las fronteras culturales, crisis en la ciencia y la incertidumbre del porvenir de la humanidad. Hecho inusual en la historia generó a su vez, el nuevo despertar de las disciplinas científicas para reajustar sus respectivas metodologías y los tópicos de estudios interdisciplinar y sobre todo, concitó a la intelectualidad progresista y libertaria de todos los pueblos y de todas las sangres, rescatar las raíces culturales como únicas fuentes viables que garanticen con propiedad y fundamento, los efectivos e históricos desarrollos sociales y culturales. En estas condiciones, a la Antropología le concierne nuevamente la tarea de encausar, redefinir y reafirmar las identidades culturales de sus sujetos de estudio, impulsando el estudio de los hechos sociales y culturales para la terapia antropológica que promueva el desarrollo de autoestima que permita a la endoculturación y valoración de la cultura propia con identidad, ante la transculturación de los medios de comunicación con efectos etnocéntricos de aculturación y exclusión.
Arroyo Aguilar, S. (2005). La cultura andina es patrimonio y tradición viva. Revista de Antropología, 3, pp. 253-271.