Dentro de las composiciones de extracción oral y popular se destaca la utilización de algunas palabras que entrañan una enorme significación. Se trata de estribillos que funcionan como una especie de muletilla expresiva, rítmica y metafórica, aunque el sentido oculto al que remiten resulte un tanto misterioso. Estos artilugios estilísticos, a mitad de camino entre la onomatopeya, el juego de palabras e ironías y el comodín rítmico y métrico, contienen muchas veces, un doble sentido insinuante que conlleva denotaciones pícaras y sensuales, atrevidas, procaces y a veces escandalosas. Este repertorio poético, antes desatendido, persiste no como reflejo pasivo de tradiciones heredadas, sino como crisol vivo de nuevas recreaciones y reconfiguraciones que impregnan géneros, repertorios y diversos registros.
Pedrosa, J. (2012). Zangorromangos, bimbilindrones, chuchumbés y otros eufemismos líricos populares. Olivar, 13 (18), pp. 135-175.