Los acuerdos internacionales sobre inversiones suponen la casi total apertura a la inversión extranjera y su protección una vez establecida en el país. Para las disputas prevén un sistema extraterritorial de solución de diferencias en el que las empresas pueden demandar directamente a los estados. La multiplicación de este tipo de demandas ante instancias de arbitraje internacional está desembocando en indemnizaciones multimillonarias y limitaciones intolerables de la soberanía nacional para establecer políticas públicas. Estos acuerdos han proliferado en América Latina durante las últimas dos décadas, y la experiencia acumulada no deja lugar a dudas sobre la gravedad del asunto. Por eso urge aplicar la doctrina Calvo, en virtud de la cual los posibles conflictos deben resolverse en los tribunales locales, quedando vedado el recurso al arbitraje internacional. Así, recuperando su plena soberanía jurisdiccional, los estados latinoamericanos estarán en mejores condiciones de llevar a cabo políticas de desarrollo.
Zabalo, P. (2008). Los acuerdos internacionales sobre inversión, otro obstáculo para el desarrollo de América Latina. Gestión en el Tercer Milenio, 11 (22), pp. 27-39.