Este artículo analiza los principales elementos del sistema electoral mexicano. En primer término se expone la relación entre el sistema político corporativo y la existencia de un juego electoral protegido en el que los partidos de oposición jugaron un papel secundario y requirieron muchas veces del apoyo gubernamental para subsistir. En segundo lugar, se abordan las elecciones de 1988 y sus efectos sobre el sistema político, así como los cambios operados en el sistema de partidos a partir de entonces. Finalmente, intenta llevar a cabo un análisis de los resultados electorales de 1991 y señala los principales obstáculos a los que se enfrenta el proceso de democratización principalmente en el nivel local.
<br/>
América Latina Hoy, 3(3), pp. 57-60 Año: 1992