El consumo cultural en Chile ha sido históricamente para las élites del país, y, si llegamos a consumir algo relacionado con el ámbito cultural, no tenemos conciencia que junto con ello, estamos siendo ciudadanos que consumimos cultura de manera informada. En este sentido, ha habido grandes avances en el último tiempo en el aspecto bibliotecario, una de las instancias que ofrece productos culturales, entiéndase información variada contenida en libros, diarios, revistas, Internet, extensión cultural., lo que se ha debido a la manifiesta preocupación que ha tenido el gobierno recién saliente por el tema. Las bibliotecas, uno de cuyos bienes de consumo es el libro, han pasado a ocupar un rol preponderante en la sociedad. El libro se ha convertido en un bien cultural portador de valores, conocimientos, informaciones y expresiones artísticas. El libro es un producto que aporta efectos positivos decisivos en la formación del capital humano de una sociedad. Es por ello, que hemos sido partícipes de diversas campañas de promoción del libro y la lectura, las que han sido implementadas usando como pretexto, en buena hora, natalicios, bicentenarios de natalicios de autores, premios recibidos, publicación de primeras ediciones (como es el caso del Año Iberoamericano de la Lectura, que finalizó recientemente), lo que ha permitido en parte actualizar las colecciones bibliográficas existentes en las Bibliotecas Públicas de Chile, que en muchos casos, no cuentan con un presupuesto para la adquisición de nuestro bien de consumo principal: el libro.
Abello, L. (2006). El rol de las bibliotecas y los profesionales de la información en relación al consumo cultural: Una breve reflexión. Biblios, nro. 24, pp. 1-4.