La educación a distancia debe brindar la mayor cantidad posible de contenidos a través de los materiales cuya provisión sistematiza, ya que presupone distancias espacio-temporales que separan al alumno del entorno pedagógico basado en la relación cara a cara. Sin embargo el método no puede abarcar todos los contenidos conceptuales a través de materiales de factoría propia, debiendo derivar al alumno a los servicios de bibliotecas que, a su vez, deben adaptarse a las características y particularidades de la metodología pedagógica no presencial.
Padula Perkins, J. (2002). Bibliografía y bibliotecas en la educación a distancia. Biblios, nro. 13, pp. 1-5.