Desde las primeras transacciones realizadas por los hombres de las sociedades primitivas hasta la complejidad de nuestros días, todo intercambio de bienes o servicios nace de la demanda de satisfacción de mutuas necesidades. Al evolucionar la sociedad de un modo de producción artesanal o uno industrializado, la detección de esas necesidades dejó de ser un acto simple y que surgía casi espontáneamente para transformarse en un hecho complejo. Aquel que durante siglos fuera un actor pasivo y que se restringía a la oferta de los proveedores pasó a ejercer un rol activo, eligiendo y exigiendo de acuerdo a las nuevas pautas de un mundo que se transformaba a toda velocidad, cada vez más rico en propuestas de productos y servicios. El marketing para museos puede definirse como la actitud y aptitud de la institución de detectar, anticipar y satisfacer las necesidades del segmento de usuarios/visitantes mediante una investigación orgánica y sistemática, y la puesta en acción continuada de un proyecto. El marketing para museos está estrechamente relacionado con la formación de una audiencia que consolide una base amplia de visitantes y estreche relaciones con los visitantes asiduos, a través del producto "visita". Para esto es preciso conocer en primera instancia el tipo de visitante real del museo, implementando sistemática y periódicamente Estudios de Público. La manera en que el museo establezca y controle su relación con el público dará como resultado la mejora permanente de sus servicios y el nacimiento, afianzamiento o proyección de la imagen del museo.
Sanguinetti, M. & Garré, F. (2001). Estudio de público: herramienta fundamental para el desarrollo de un proyecto de marketing de museos. Biblios, nro. 10, pp. 1-9.