Es un juicio común entre investigadores de diferentes tendencias que la conversación constituye la forma de manifestación lingüística más elemental del ser humano y se encuentra en el núcleo de nuestra organización como entes sociales; sin embargo, esta actividad, que posee como ámbito natural de expresión el canal oral, solo en el último tiempo ha sido abordada con la profundidad que el tema merece. El intercambio oral conforma un campo de regularidades propias, diferentes en su configuración a las expresiones del ámbito escrito. Su estudio resulta complejo, ya que las formas en las que se manifiesta no solo responden a exigencias lingüísticas, sino que además se ven fuertemente influidas por demandas pragmáticas y culturales, derivadas del uso mismo de la lengua.
González, C. et al. (2000). Análisis de la relación entre estructuras sintácticas y marcadores discursivos en la conversación semiespontánea de adolescentes santiaguinos. Onomázein, nro. 5, pp. 333-346.