La lexicografía surge como disciplina precientífica hace unos cuatro mil años y es concebida hasta la segunda mitad del siglo veinte como el arte de hacer diccionarios. Hasta entonces, su desarrollo es independiente de la lingüística. En esta primera y larga fase, la lexicografía se distingue por su finalidad normativa, que pretende fijar la lengua en su etapa de esplendor.
Castillo, N. (1999). Valor y dificultad de la lexicografía. Onomázein, nro. 4, pp. 459-463.