Antonio de Castro dejó dicho que la "famosa provincia de La Aricaja" está abrazada por los cerros "que tiene conjuntos", más elevados que cualquier otro de la comarca. El primero llamado Lari y el otro Casa o Caxa (Caja) que traducidos al castellano es portillo abierto. El nombre correcto, el antiguo, era El Aricaja. Así aparece en la Relación de Pedro de Lodeña (1624) y también en las crónicas de Vásquez de Espinosa (1630). Fueron los españoles los que la llamaron Larecaja, grafía que perdura hasta hoy.
Espinoza Soriano, W. (1998). La rebelión nativista de los cocaleros de Chongo y Challana. 1623 – 1624. Investigaciones Sociales, 2 (2), pp. 1-40.