El turismo cumple un destacado papel en el afianzamiento de la identidad nacional y en la revalorización del espacio y la herencia cultural, estableciendo las bases para el racional aprovechamiento de sus recursos. El viajar mucho proporciona múltiples experiencias, que obligan con frecuencia a revisar ideas adquiridas y abren perspectivas nuevas en el quehacer profesional. Asimismo, la actitud actual de viajar es un acto enriquecedor del espíritu y permite una actitud positiva frente al mundo y a la vida, como la sensación de pasear por los cuidados jardines en Kyoto (Japón), o una comida con los Thais en los mercados flotantes de Bangkok (Thailandia), o sentarse a la sombra de una tienda en el desierto del Sahara, con los árabes en Túnez. Pero los viajes además de enseñarnos, nos proporcionan otras cosas como el recorrer ciudades inolvidables: San Petersburgo (Rusia), la Quinta Avenida (New York), la Playa de Copacabana (Rio de Janeiro), Los Canales de Venecia (Italia). Lugares mágicos como el Valle del Colca en Arequipa (Perú), el espectáculo del Tropicana Show en La Habana (Cuba), etc. La actividad humana de los viajes y de las vacaciones determinadas por todas las motivaciones de desplazamiento, pueden contribuir a la plena realización del ser humano y a su educación, y puede ayudarle a adquirir conciencia de la identidad de destino de todos los hombres, en la medida en que el hombre mismo sea protagonista.
Begazo Villanueva, J. (2002). Las alianzas estratégicas, el código compartido y los hubs en el desarrollo del sector turismo. Gestión en el Tercer Milenio, V (9).