Blasón de Plata (1910) de Ricardo Rojas es una operación combinada de erudición, argumentación y ficcionalización, que tiene por lo menos dos propósitos mutuamente funcionales: 1) intervenir en el debate público en el que se juega, hacia el Centenario, el futuro del Estado oligárquico-liberal en crisis, mediante la demostración de la tesis según la cual la constitución de la nacionalidad residiría en la tierra y el ideal, subordinando el principio racial de exclusión, para sostener así un programa de integración que disolviese imaginariamente el descomunal conflicto que la inmigración había planteado al naciente Estado argentino moderno: desde la más antigua leyenda indígena hasta la historia de la independencia, proponía Rojas, todo lo que nos antecede viene a demostrar que siempre hemos sido una cultura de migración (así, a la luz de la tradición, lo que nos estaba pasando hacia 1910 era pura argentinidad); 2) y demostrar mediante esa intervención que la figura del literato en vías (más o menos imaginarias) de profesionalización es imprescindible para la resolución de ese y de los otros debates en que, en torno de las políticas del Estado, se discutiese la estabilidad de un tipo de hegemonía amenazada.
Dalmaroni, M. (2000). Los indios argentinos descienden de los barcos (sobre Blasón de Plata de Ricardo Rojas). Orbis Tertius, nro. 7, pp. 1-8.