La importancia de la interacción entre huésped y parásito en la evolución de ambos ha sido manifestada por numerosos autores (Brues 1924, Flor 1971, Dogiel 1964, Ehrlich y Raven 1.964, Day 1974, Price 1977, 1980, Nelson et al. 1977, May y Anderson 1983). La evolución de los parásitos está influenciada por el grado y naturaleza de la especificidad con el huésped. Se considera que hay dos tipos de especificidad, la fisiológica (parasitopo) y la ecológica (biotopo), ambas correlacionadas en diferentes grados. A partir de la primera es factible obtener datos sobre la filogenia de los huéspedes, ya que se puede relacionar con el grado de asociación entre el parásito y el huésped. Cuando el parásito vive sobre el huésped, y la infestación se establece por contacto directo del primero con sus respectivos huéspedes y a través de numerosas generaciones, las adaptaciones de los parásitos se relacionarán con ciertas característícas de sus huéspedes, y se habla entonces de una evolución paralela, confiriendo a los ectoparásitos un valor como indicadores filogenéticos (Vercammen-Grandjean 1966). Cuando consideramos parásitos estenoxenos frecuentemente encontramos que los huéspedes cercanos desde el punto de vista taxonómico bergarán las mismas especies de parásitos, o al menos especies muy cercanas filogenéticamente hablando (Fain 1975). Por lo tanto, esta correlación podría ayudarnos o bien a utilizar un parámetro indicador de la cercanía filo genética dentro del complejo de lagartijas Sceloporus grammicus, o al menos podría ser un indicio complementario de algún tipo de aislamiento interpoblacional en este grupo de reptiles, puesto que en algunos casos los parásitos desarrollan todo su ciclo de vida sobre una o pocas especies de huéspedes, y por lo tanto dependen grandemente de éstos para su dispersión. Por diversas recolectas dentro del área de distribución de S.g. microlepidotus inicialmente se observó que esta subespecie varía mucho en tamaño y patrón de coloración dependiendo de la altitud y la latitud en el norte del estado de Morelos, así como en otros sitios (Hall 1973, Sites 1982). Asimismo, distintas evidencias morfológicas, cromosómicas, y electroforéticas provenientes de las misma localidades del presente estudio (Gadsden 1987) dieron fundamento para determinar que la población de lagartijas situada a mayor altitud pertenece al taxón S. palaciosi (2n= 33 0,34 SJ) descrito por Lara-Góngora (1983), mientras que las otras dos situadas a menor altura pertenecen a S. g. microlepidotus (2n = 310, 32 SJ), Esto último llevó a tratar de dar respuesta a los dos siguientes cuestionamientos: ¿parasitan diferentes especies de ácaros al complejo grammicus a distintas altitudes?, ¿existe alguna relación entre la distribución geográfica de ciertas especies de ácaros que parasitan al grupo grammicus y los posibles mecanismos de especiación de éste?
Gadsden E., H. (1988). Comparacion altitudinal de ectoparasitos de Lagartijas del complejo sceloporus grammicus (reptilla, iguanidae) en la sierra de tepoztlan, Morelos, México. Acta Zoológica Mexicana, 30, pp 21-31