Desde que en 1954 Alfred Cobban definió la imagen consensual de la Revolución Francesa como apenas un "mito" historiográfico, 'los posteriores enfoques revisionistas, apoyándose unos a otros y expandiendo el área de temas y aspectos examinados, dieron lugar a una acumulación de perspectivas críticas generadora de un verdadero consenso alternativo. En éste entraban: una visión menos discontinuista del desarrollo social, la relativización de los bloqueos del Ancien Régime, la escasa pertinencia del concepto de "feudalismo" para el período, una evaluación más parsimoniosa del peso de las cargas señoriales, un deslindamiento menos tajante de las fronteras entre nobleza y burguesía, el creciente escepticismo sobre las prácticas innovadoras de los nuevos agentes económicos, la desintegración del bloque clasista que habría acompañado a la revolución burguesa (desglosando de él a los campesinos) y, sobre todo, el severo y reiterado cuestionamiento del propio concepto de "revolución burguesa".
Sazbón, J. (1991). El Marx de Furet. Boletín de Historia Social Europea, nro. 3, pp. 1-20.