Este artículo explora cómo las revistas de humor político-cultural de los primeros ´70 devinieron una fuente de autorreflexión para un público, o espacio social, que se constituyó en torno a ellas. A partir del análisis de la más importante de esas publicaciones, Satiricón, es posible aseverar que en términos socio-demográficos ese espacio social se componía de segmentos juveniles de los sectores medios intelectualizados que podían a la vez reírse y hacer reír, en especial cuando se remarcaban incongruencias en sus experiencias sexuales y políticas. Las revistas de humor elaboraron múltiples incongruencias: los llamados a una educación sexual imbricados con la persistencia de viejas creencias sexuales; el lenguaje “psi” domesticando, antes que ayudando a liberar, las represiones sexuales; los varones temiendo por el fin de privilegios ante la afirmación sexual de las mujeres; y, más en general, la militancia política como forma de opresión. Las incongruencias eran la base de lo risible, mientras que en su centro estaban los y las jóvenes de los sectores medios, a quienes se convocaba a un tipo de reflexión que, en ese contexto político, quizá era solo viable a partir de la exageración y del humor.
Manzano, V. (2012). “Contra toda forma de opresión”: Sexo, política y clases medias juveniles en las revistas de humor de los primeros ´70. Sociohistórica. Cuadernos del CISH, (29), pp. 1-34.