En Sociohistórica 11/12, Waldo Ansaldi elabora una perspicaz crítica sobre mi concepción acerca de divergencias entre las prácticas de los historiadores y la sociología histórica (Ansaldi, 2002). Aludí a esas divergencias en un artículo sobre el uso de categorías analíticas en el examen de sociedades premodernas, en especial de la Edad Media (Astarita, 2000). Al observar la importancia que se otorga a la acción social, tanto en la historiografía como en la sociología histórica, descubría una diferencia específica entre estas dos disciplinas. En la primera, el punto de partida está en la documentación, en las fuentes; en la segunda, ese punto inicial está en el esquema conceptual, en el modelo. Estimé que era una disparidad sustantiva; es la apreciación que Ansaldi cuestiona. El objeto de este ensayo es proponer algunas consideraciones que aclaren mi argumento.
Tomás Astarita, C. (2006). En las tradiciones de Weber y de Marx. Reflexiones sobre un artículo de Waldo Ansaldi. Sociohistórica. Cuadernos del CISH, (19-20), pp. 1-29.