Tener conciencia de que el universo científico (sociología o historia) es un campo social que obedece a la lógica misma que acabo de describir, es saber que sería ingenuo contar con la exclusiva "fuerza intrínseca de las ideas verdaderas" para imponer las posiciones científicamente justificadas contra las fuerzas sociales externas e internas. Pero también significa saber que los progresos de la investigación fundados en una superación de alternativas dotadas de toda la fuerza social asociada, en el campo mismo, a las dos posiciones polares (por ejemplo, "individualismo metodológico" y "holismo") y, fuera del campo, sobre la base de la homología estructural, asociada además a las posiciones existentes en el campo político ("liberalismo" y "socialismo", "individualismo" y "colectivismo", etc.).
Bourdieu, P. (2000). Acerca de las relaciones entre la sociología y la historia en Alemania y en Francia. Sociohistórica. Cuadernos del CISH, 5 (7), pp. 1-33.