A lo largo de la entreguerras, los italianos fueron el grupo más numeroso entre los extranjeros instalados en Francia. Compuesto esencialmente de trabajadores manuales, este grupo incluía, también, un número considerable -unas decenas de miles- de refugiados políticos antifascistas de diferentes tendencias, entre los cuales se encontraban muchos militantes comunistas. Estos últimos representaban la fuerza política más implantada y la más activa en el seno de la inmigración "económica" italiana'".
Groppo, B. (1998). Los militantes comunistas italianos en Francia y el movimiento obrero francés en la entreguerras. Sociohistórica. Cuadernos del CISH, 3 (4), pp. 1-33.