Unos de los procesos más importantes en los ecosistemas es la descomposición, proceso en el cual la materia orgánica es transformada a sus compuestos elementales. Está constituida por las siguientes etapas, trituración, lixiviación, catabolismo y humidificación, las cuales son reguladas por factores climáticos, las propiedades físicas del suelo, las características químicas del recurso y la actividad del la biota del suelo. La evapotranspiración actual, e contenido de lignina y en menos casos la concentración de C y N, se han utilizado para describir y predecir los patrones temporales de descomposición. En México se han realizado estudios de descomposición en varios tipos de ecosistemas, desde pastizales y matorrales hasta selva bajas y tropicales húmedas, reportando la mayoría de los trabajos resultados de experimentos con hojas; solo en dos casos se han estudiado la fracción leñosa y la composición de algunos grupos de la fauna desintegradora. Finalmente se plantea la necesidad de profundizar en el conocimiento de la diversidad de la biota desintegradora, las cadenas tróficas en que se estructura y la influencia de la descomposición en la disponibilidad de nutrientes en el suelo y en el balance de carbono a nivel ecosistémico.
Álvarez-Sánchez, J. (2001). Descomposición y Ciclo de Nutrientes Ecosistemas Terrestres de México. Acta Zoológica Mexicana, vol. Especial 1, pp. 11-27.