Las ciencias sociales atraviesan una etapa de cambios en la que se prioriza la subjetividad del actor, revelando aquello que François Dosse llama una "humanización de las ciencias humanas" que se enfrentan a la evidencia de que la cultura no es homogénea y que la gente vive en diferentes códigos culturales. Nunca como ahora se ha pensado tanto en la comprensión intercultural, al tiempo que se habla de la cooperación a escala global. Uno de los dilemas de la era global es, precisamente, la comprobación de que la gente debe compartir un mundo atravesado por profundas diferencias. Hay quienes conciben que esta heterogeneidad se debe a que el pensamiento pos moderno critica profundamente las tendencias universalistas del paradigma de la modernidad: contra las explicaciones abstractas se restaura la primacía del contexto, de lo práctico y de lo concreto, postulando que lo marginal, lo local y lo sensorial pueden luchar contra los centros del poder, las metrópolis y la tiranía de la teoría.
Gutiérrez, T. & Mateo, G. (2008). Dossier: Historia agraria y recuperación de la memoria local, Gualeguaychú (Entre Ríos). Mundo Agrario, 8 (16), pp. 1-7.