La política agraria desarrollada durante los dos primeros gobiernos peronistas puso un énfasis particular en la transformación del régimen de tenencia de la tierra y en la democratización en el acceso a la propiedad (Lattuada, 1986). Desde la retórica discursiva se apuntaba contra el poder de los grandes latifundistas, fundamentalmente de la región pampeana, que era donde su poder se ponía, por entonces, más en evidencia. Hacia 1944, Perón denunciaba la explotación de que estaba siendo víctima el trabajador rural y advertía a los propietarios acerca de la forma en que el Estado procuraría dar una solución a esa problemática: "Tiene (el estanciero) 10, 5, 2 leguas de campo para hacerles producir una insignificancia. Y eso lo puede hacer merced a que no les paga a los hombres que la trabajan. Ese señor es el intermediario de la tierra. Pero la tierra no puede ser un bien de renta en nuestro país. El que tiene tierra tiene que sacarle el jugo, porque ella es la riqueza del Estado. El día que pueda ponerse la tierra al alcance de la gente se solucionará el problema", y prometía "... que, encarado y resuelto el problema de la tierra, no habrá un solo argentino que no tenga derecho a ser propietario de su propia tierra"
Blanco, M. (2001). Peronismo, mercantismo y política agraria en la Provincia de Buenos Aires (1946-55). Mundo Agrario, 1 (2), pp. 1-22.