Este artículo trata sobre el nuevo rol político de Raúl Castro en Cuba. Su misión no es fácil. Debe redefinir un proyecto de desarrollo viable en condiciones históricas y geopolíticas nuevas; garantizar la estabilidad del país; organizar el relevo entre los antiguos dirigentes históricos y las nuevas generaciones; y, además, iniciar negociaciones con la administración Obama. ¿Se podrá hablar en adelante de un «raulismo» o se seguirá imponiendo el «fidelismo»? Asimismo, ¿cómo salvaguardar la soberanía e independencia, junto a las principales conquistas sociales desde hace cincuenta años, mientras al mismo tiempo se llevan a cabo las reformas «estructurales » y se intenta normalizar relaciones con el continente, específicamente con Estados Unidos? Esa respuesta, que no es obvia, la debe dar Raúl Castro.
López Levy, A. (2009). Cuba y la OEA: cambio y continuidad. América Latina Hoy, 52, pp. 107-130.