Casi 25 años han pasado desde que América Latina inició lo que ha resultado ser la experiencia más completa y duradera que haya tenido con una democracia constitucional.
Sin embargo, la euforia que acompañó al advenimiento de la democracia ha comenzado a decaer.
Particularmente conflictiva es la continuidad del patrón de inestabilidad que afecta la gobernanza en los niveles más altos. En varios países, los presidentes han visto decaer los niveles de aprobación a su gestión mientras que los de los legisladores y líderes partidistas han decaído de manera aún más abrupta. Muchos presidentes han dejado el cargo dando como resultado un legado de esperanzas rotas e instituciones debilitadas, pero al menos lo han hecho acorde a lo previsto. Sin embargo, catorce presidentes no lo han hecho.
Valenzuela, A. (2008). Presidencias latinoamericánas interrumpidas. América Latina Hoy, 49, pp. 15-30.