El estudio del cáncer a nivel molecular ha permitido el descubrimiento de gran cantidad de genes mutados relacionados con esta enfermedad. Estos genes son supresores de tumores u oncogenes, que tienen con ver la proliferación celular, la metástasis y/o la capacidad de las células para inducir la vascularización del tejido. La búsqueda de terapias ha llevado al descubrimiento de muchas moléculas capaces de inhibir el crecimiento de las células cancerosas, aunque la mejor opción sigue siendo la revisión periódica y la prevención. Al parecer, pese a los avances, los marcadores moleculares fallan en un alto porcentaje al tratar de diagnosticar un cáncer, así como al tratar de dar un pronóstico. Esto podría deberse al hecho de que se está abordando el problema a nivel de célula.
Raya Pérez, J. C. (2006). Las bases moleculares del cáncer. Acta Universitaria, 16 (1), pp. 40-49.