La microbiota es el conjunto de microorganismos que se localizan de manera normal en distintos sitios del cuerpo humano. Varios factores permiten que se mantenga el equilibrio necesario para conservar la salud. Se ha descrito que una de las funciones más importantes de la flora normal es la resistencia que confiere a la invasión por agentes patógenos a través de diversos mecanismos como es la producción de bacteriocinas, ácido láctico o peróxido de hidrógeno entre otros. Destacan los lactobacilos (Lactobacillus casei, L. acidophilus y L. bifidus), habitantes del tracto gastrointestinal y vaginal, que inhiben el crecimiento de bacterias y virus como Salmonella y el VIH respectivamente. Los probióticos son microorganismos vivos, no patógenos, los cuales administrados en cantidades adecuadas confieren un beneficio sobre la salud del huésped. La investigación de diversas bacterias resulta alentadora debido a su uso potencial para mantener y restaurar la flora normal lo cual puede ser benéfico para la nutrición, la prevención de enfermedades y en un futuro ser parte de un tratamiento integral.
Gamiño Arroyo, A. et al. (2005). Flora normal, probióticos y salud humana. Acta Universitaria, 15 (3), pp. 34-40.