A lo largo de tres capítulos la obra analiza el importante rol que le cupo entonces a la actividad periodística; el influjo y la figura de Manuel González Prada como mentor de los impulsos renovadores, la trascendencia de los manifiestos como textos programáticos y críticos; la comprensión y apoyo de José Carlos Mariátegui al esfuerzo por la creación propia y por la incorporación del indigenismo al movimiento vanguardista. En su parte central la obra contiene el estudio profundo de los textos de las revistas analizadas, seleccionando un tipo discursivo específico, aquel de los manifiestos, que responden al esfuerzo de legitimación dentro del campo intelectual y que, al decir de la autora, bien puede ser la voz de la vanguardia por excelencia. Esta revisión analítica, por otra parte, descarta la tesis que sospechaba de la originalidad del movimiento vanguardista peruano.
López, Y. (1999). El laboratorio de la vanguardia literaria en el Perú. Lima: Editorial Horizonte.
Páginas: 180